Actualizado: Abril 19, 2005
La poliomielitis es causada por virus intestinales que se transmiten de persona a persona en las heces y saliva. La mayoría de las personas infectadas con poliomielitis (aproximadamente el 95%) no manifiestan síntomas. Algunos síntomas menores son dolor en la garganta, fiebre de baja temperatura, náuseas y vómitos. Algunas personas infectadas (entre el 1% y el 2%) experimentarán rigidez del cuello, la espalda o las piernas pero sin parálisis. Menos del 1% de las infecciones de poliomielitis (1 por cada 1.000 casos) causa parálisis. En algunos casos, el poliovirus paralizará los músculos usados para respirar, dejando a la víctima imposibilitada para respirar por sí misma. Muchas personas paralizadas se recuperan completamente. Aquellos que se recuperan de la poliomielitis paralítica pueden tener, entre 30 y 40 años después, dolor muscular y debilidad progresiva.
Antes de la introducción de la vacuna antipoliomielítica en los Estados Unidos, entre 13.000 y 20.000 personas eran paralizadas por la poliomielitis y alrededor de 1.000 personas morían cada año. La mayoría de los infectados eran niños de escuela elemental, por lo que a menudo se le llamaba ‘parálisis infantil.’
La incidencia de la poliomielitis paralítica llegó a su punto máximo en los Estados Unidos en 1952 con 21.000 casos reportados y numerosas muertes. Luego de la aprobación de la vacuna antipoliomielítica Salk (inactivada) en 1955, la incidencia de la enfermedad se redujo dramáticamente. La enfermedad se redujo aún más con la aparición de la vacuna antipoliomielítica Sabin (oral) en 1961. Los últimos casos de poliomielitis paralítica por poliovirus natural en los Estados Unidos se dieron en 1979, y el caso más reciente de la enfermedad en los Estados Unidos por infección fuera del país se dio en 1993.
Hoy, la poliomielitis ha sido eliminada de los Estados Unidos y de todo el Hemisferio Occidental, aunque sigue siendo una amenaza en algunos países. La Organización Mundial de la Salud ha establecido una iniciativa para erradicar la poliomielitis del planeta para finales del 2005.
La vacuna antipoliomielítica está disponible como:
Nombre del Producto: IPOL® (Vacuna Antipoliomelítica Inactivada-IPV)
Fabricante: Sanofi Pasteur
Año de Aprobación: 1990
Nombre del Producto: PediarixTM (IPV, HBV, y DTaP)
Fabricante: GlaxoSmithKline
Año de Aprobación: 2002
La vacuna antipoliomielítica oral (OPV) ya no se administra en los Estados Unidos.
Para información sobre el contenido de timerosal en estas vacunas, vea el sitio de la Administración de Drogas y Alimentos en www.fda.gov/cber/vaccine/thimerosal.htm#t3 o el Instituto para la Seguridad de las Vacunas de la Universidad Johns Hopkins en www.vacccinesafety.edu/thi-table.htm
Dos tipos de vacunas antipoliomielíticas (OPV- vacuna antipoliomielítica oral y la IPV - vacuna antipoliomielítica inactivada) fueron creadas en la década de 1950. Ambas eran altamente efectivas en prevenir la poliomielitis. Inicialmente la OPV era preferida porque ayudaba a incrementar la inmunidad colectiva a la poliomielitis.
Sin embargo, una de cada 2.4 millones de dosis de OPV distribuida en los Estados Unidos causaba poliomielitis paralítica asociada con la vacuna (VAPP). En un esfuerzo por reducir este terrible efecto secundario, se recomendó un nuevo calendario para la vacuna antipoliomielítica en 1997 (dos dosis de IPV seguidas por dos dosis de OPV). El nuevo calendario redujo pero no garantizó la eliminación de la poliomielitis paralítica inducida por la vacuna. Por esa razón, en el 2000, se recomendó un calendario de sólo IPV para todas las dosis y desde entonces la OPV no se administra en los Estados Unidos. La OPV continua siendo usada en países donde aún ocurren infecciones con poliovirus salvaje.
¿Quién debe recibir la vacuna antipoliomielítica inactivada?
¿Quién debe recibir la vacuna antipoliomielítica oral?
¿Quién no debe recibir la vacuna?
La vacuna es recomendada por:
El calendario completo de vacunación infantil se encuentra en: http://www.cdc.gov/nip/recs/child-schedule-jul-dec-rev-sp.pdf
El resumen de las inmunizaciones recomendadas para adolescentes/adultos se puede encontrar en: www.cdc.gov/nip/recs/adult-schedule.pdf
En los Estados Unidos se recomienda la vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV). Los niños deben recibir dosis de IPV —o IPV combinada con las vacunas DTaP y hepatitis B (PediarixTM1, GlaxoSmithKline)— a los dos, cuatro, seis meses y otra ente los 6 y 18 meses de edad. Una dosis de refuerzo de IPV (no una vacuna combinada) es dada entre los cuatro y los seis años.
Los adultos jóvenes que nunca han sido vacunados contra la poliomielitis pueden recibir la primera dosis de IPV (no una vacuna combinada) en cualquier momento. La segunda dosis debe ser dada uno o dos meses después, y la tercera dosis entre 6 y 12 meses después de la segunda. Los adultos que nunca han sido inmunizados y que van a viajar a áreas donde ocurren epidemias de poliomielitis pueden recibir tres dosis de IPV, cada una con cuatro semanas de separación.
La IPV es 90% efectiva luego de dos dosis y 99% efectiva después de tres dosis. La duración de la inmunidad no se conoce en este momento, pero es probablemente muy larga.
La mayoría de las personas no tiene efectos secundarios. Algunas personas experimentan dolor en el lugar donde se les puso la inyección. No se conoce que la IPV haya causado efectos adversos graves. Sin embargo, si una reacción alérgica grave ocurre, se da unos minutos o unas horas después de su aplicación. Las señales de una reacción alérgica son dificultad al respirar, ronquera o sibilancia, urticaria, palidez extrema, debilidad, ritmo cardiaco acelerado o mareo.
La OPV causa poliomielitis paralítica asociada con la vacuna en un porcentaje muy pequeño de los vacunados. Es más probable que ocurra en personas con sistemas inmunes debilitados. La IPV no puede causar parálisis, pues el virus de la vacuna ha sido inactivado.
Luego de usados, se halló que algunos lotes de la vacuna antipoliomielítica usada entre 1955 y 1963 estaban contaminados con un virus que infecta a los monos, llamado virus simio 40 (SV40). Los estudios realizados hasta la fecha han mostrado que aquellos que recibieron la OPV contaminada con SV40 no tienen riesgos de complicaciones adicionales, aunque las investigaciones continúan. La OPV producida desde 1963 no contiene SV40.