Vacunas

MMR (Triple Viral)

Actualizado: Marzo 11, 2005

Tabla de Contenidos

    Entendiendo la enfermedad

    La rubéola es una infección causada por un virus transmitido de una persona a otra persona en gotas de moco que el enfermo elimina en el ambiente (desde unos días antes hasta 7 días después del inicio de los síntomas) al toser o estornudar. La enfermedad se manifiesta entre 14 y 23 días después de la adquisición del virus (habitualmente entre 16 a 18 días).

    La rubéola es por lo general una enfermedad leve. Los síntomas incluyen una fiebre (habitualmente no elevada) e inflamación de los ganglios linfáticos en parte posterior del cuello, seguidas por un brote o exantema generalizado (manchas rosadas en la piel). Las complicaciones pueden incluir dolor en las articulaciones (coyunturas), una reducción temporal en el número de las plaquetas sanguíneas y encefalitis (inflamación del cerebro). También se puede presentar una artritis (inflamación de las articulaciones) transitoria, particularmente en mujeres adolescentes y adultas.

    Cuando una mujer embarazada adquiere el virus de la rubéola a menudo resulta en transmisión de la infección al feto, pudiendo producir el síndrome de rubéola congénito (SRC). Esta es una enfermedad devastadora caracterizada por sordera, retardo mental, cataratas y otros defectos de los ojos, defectos cardiacos, inflamación del hígado y el bazo, así como un recuento bajo de plaquetas con hemorragia debajo de la piel. La incidencia y la severidad de los defectos congénitos son mayores si la infección ocurre durante el primer mes de gestación. En esta etapa la infección materna resulta en una chance del 85% de que el feto desarrolle la enfermedad o que se produzca un aborto espontáneo, en tanto que el riesgo para el feto disminuye cuando la infección ocurre mas tardíamente en el embarazo: al 20% a 30% durante el segundo mes, y al 5% durante el tercer o cuarto mes.

    La Organización Mundial estimó que en 1999, 110.000 niños nacieron con SRC alrededor del mundo. Aunque la mayoría de casos de SRC ocurren en países en vía de desarrollo, también ocurre en los Estados Unidos, principalmente entre los hispanos que no han sido vacunados.

    Antes de que la vacuna estuviera disponible, hubo una epidemia de rubéola en los Estados Unidos (entre 1963 y 1964), durante la cual 12 millones de personas desarrollaron la enfermedad. Puesto que muchas de las infectadas eran mujeres en embarazo, 11.000 fetos murieron y 20.000 bebés nacieron con problemas permanentes al ser expuestos al virus. El número de casos de rubéola se redujo dramáticamente cuando la vacuna contra la rubéola fue aprobada en 1969. Hoy hay, en promedio, menos de 1.000 casos de rubéola reportados cada año en los Estados Unidos y menos de 10 casos del síndrome de rubéola congénito.

    Vacunas disponibles

    La vacuna contra la rubéola está disponible como:

    • MMR o Triple Viral (Sarampión-Paperas-Rubéola)
    • Rubéola (sola)

    Nombre del Producto: M-M-R® II
    Fabricante: Merck
    Año de Aprobación: 1971

    Nombre del Producto: Meruvax® II (Rubéola)
    Fabricante: Merck
    Año de Aprobación: 1969. Esta vacuna no contiene timerosal.

    Todas las vacunas MMR están disponibles sin timerosal. Para información sobre el contenido de timerosal en estas vacunas, vea el sitio de la Administración de Drogas y Alimentos en www.fda.gov/cber/vaccine/thimerosal.htm#t3 o el Instituto para la Seguridad de las Vacunas de la Universidad Johns Hopkins en www.vacccinesafety.edu/thi-table.htm

    Historia de la vacuna

    Las primeras vacunas contra la rubéola fueron aprobadas en 1969. Hoy la vacuna contra la rubéola es generalmente dada en combinación con las vacunas contra el sarampión y las paperas (MMR).

    Originalmente, sólo una dosis de la vacuna MMR era recomendada, y alrededor del 95% de los niños eran protegidos. En 1989, la Academia Americana de Médicos de Familia, la Academia Americana de Pediatría y el Comité Consultor de Prácticas de Inmunización de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades cambió la recomendación a dos dosis de manera que casi todos los niños (99.7%) fueran protegidos. Este cambio, junto con un nivel más alto de vacunación han eliminado casi por completo estas tres enfermedades en los Estados unidos.

    Quienes deben y quienes no deben recibir esta vacuna

    ¿Quién debe recibir la vacuna MMR?

    • Todos los niños de 12 meses de edad en adelante
    • Los adultos susceptibles que no tienen evidencia documentada de ser inmunes al sarampión, como serían el haber padecido sarampión (diagnosticado por un médico), un examen de sangre que muestre la presencia de anticuerpos contra el sarampión, o prueba de haber recibido la vacuna contra el sarampión.

    La inmunidad contra el sarampión es particularmente importante para adultos con alto riesgo de ser expuestos al sarampión, como son los estudiantes universitarios y los trabajadores de la salud. Las personas nacidas antes de 1957 que no están en estas categorías de alto riesgo son consideradas por lo general como inmunes al sarampión por haber estado expuestos al sarampión en el ambiente.

    Con frecuencia, se cree que las personas en los siguientes grupos no deben recibir la vacuna. Pero de hecho, si son susceptibles, estas personas deben recibir la vacuna:

    - Mujeres que están lactando
    - Individuos infectados con el VIH pero sin síntomas de SIDA
    - Niños cuyas madres u otros miembros de su casa estén embarazadas, pues la vacunación de estos niños son un riesgo para la mujer embarazada

    Si se administra la vacuna dentro de las 72 horas siguientes a ser expuestos al sarampión, se puede prevenir que la enfermedad se desarrolle.

    ¿Quiénes no debe recibir la vacuna MMR?

    • Personas con alergias serias a la gelatina o cualquiera de los otros componentes de la vacuna.
    • Mujeres embarazadas o que están intentando concebir. Aún más, las mujeres no deben quedar en embarazo hasta después de 28 días después de habérseles aplicado la vacuna MMR.
    • Personas inmunocomprometidas (con la excepción de personas infectadas con el VIH pero sin síntomas de SIDA, como se mencionó anteriormente) y personas recibiendo quimioterapia por cáncer o altas dosis de esteroides.
    • Personas que hayan recibido o estén recibiendo productos sanguíneos (excepto glóbulos rojos lavados) o sus derivados como la inmunoglobulina deben aplazar la vacuna MMR por 3 a 11 meses dependiendo del producto sanguíneo y la dosis administrada.
    • Las personas moderada o severamente enfermas deben consultar a su doctor antes de recibir cualquier vacuna.

    ¿Quiénes deben recibir la vacuna contra la rubéola?

    • Personas que no pueden recibir una o ambas de las otras vacunas incluidas en la MMR.
    • Personas que tienen pruebas de que son inmunes a una o ambas de las enfermedades que la MMR previene, aunque por lo general se recomienda la MMR.

    ¿Quiénes no debe recibir la vacuna contra la rubéola?

    • Personas con alergias serias a la gelatina o cualquiera de los otros componentes de la vacuna.
    • Mujeres embarazadas o que están intentando concebir. Aún más, las mujeres no deben quedar en embarazo hasta después de 28 días de haber recibido la vacuna contra la rubéola.
    • Personas inmunocomprometidas (con la excepción de personas infectadas con el VIH pero sin síntomas de SIDA, como se mencionó anteriormente) y personas recibiendo quimioterapia por cáncer o altas dosis de esteroides.
    • Personas que hayan recibido o estén recibiendo productos sanguíneos (excepto glóbulos rojos lavados) o sus derivados como la inmunoglobulina deben aplazar la vacuna MMR por 3 a 11 meses dependiendo del producto sanguíneo y la dosis administrada.
    • Las personas moderada o severamente enfermas deben consultar a su doctor antes de recibir cualquier vacuna.

    La vacuna es recomendada por:

    • El Comité Consultor de Prácticas de Inmunización de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades
    • La Academia Americana de Pediatría
    • La Academia Americana de Médicos de Familia

    El calendario completo de vacunación infantil se encuentra en: http://www.cdc.gov/nip/recs/child-schedule-jul-dec-rev-sp.pdf

    El resumen de las inmunizaciones recomendadas para adolescentes/adultos se puede encontrar en: www.cdc.gov/nip/recs/adult-schedule.pdf

    Calendario de dosis

    La vacuna contra la rubéola es generalmente administrada junto con las vacunas contra el sarampión y las paperas a personas entre los 12 y 15 meses de edad o mayores.

    Se recomienda que todos los niños reciban dos dosis de la vacuna MMR en o después de su primer cumpleaños. La primera dosis es generalmente dada entre los 12 y 15 meses de edad, y la segunda dosis es generalmente dada entre los 4 y 6 años de edad. Debe haber un mínimo de cuatro semanas entre las dosis. La segunda dosis de MMR provee una protección adicional contra las tres enfermedades, pero se recomienda principalmente para prevenir epidemias de sarampión.

    Las mujeres susceptibles deben recibir la vacuna contra la rubéola o la MMR al menos 28 días antes de quedar en embarazo para prevenir el síndrome de rubéola congénito (SRC) —una enfermedad devastadora que afecta a los bebés de mujeres susceptibles expuestas a la rubéola durante su embarazo.

    Efectividad de la vacuna

    Noventa y cinco por ciento de quienes reciben la MMR o la vacuna contra la rubéola a los 12 meses de edad o después son inmunes luego de la primera dosis. La inmunidad es de por vida.

    Efectos secundarios conocidos

    Casi ninguno de los niños que reciben la vacuna MMR (más del 80%) tiene efectos secundarios. La mayoría de los niños que sí tienen un efecto secundario, sólo tienen una reacción leve como dolor o hinchazón en el sitio donde se les puso la vacuna, una picazón leve, una fiebre entre leve y moderada, inflamación de las glándulas linfáticas, y dolor entumecimiento o hinchazón transitoria de las articulaciones.

    Aproximadamente entre el 5% y el 15% de los niños que reciben MMR pueden tener fiebre por encima de 103 grados F (39.5°C) —que usualmente comienza entre 7 y 12 días después de recibir la vacuna.

    Aproximadamente el 15% de las mujeres que reciben MMR desarrollará artritis aguda o hinchazón de las coyunturas. Por lo general, esta condición dura poco tiempo.

    En casos remotos (en 3 niños de cada 10.000 que reciben la MMR, o el 0.03% de los vacunados) se puede presentar una reacción moderada como una convulsión debida a una fiebre muy alta.

    En casos remotos (mucho menos de un niño por cada 10.000 vacunados con MMR), han ocurrido reacciones serias, como conciencia reducida, coma, o hipersensibilidad (anafilaxia)—hinchazón dentro de la boca, dificultad para respirar, presión sanguínea baja, y en pocos casos, shock. En casos extremadamente raros algunos niños pueden tener una disminución del número de las plaquetas sanguíneas, células de la sangre que participan en la coagulación, lo que puede llevar a un sangrado temporal, aspecto que se describe con más detalle en la sección siguiente, “Asuntos relacionados”. Desde 1990, se han reportado 11 casos de anafilaxia en personas que recibieron la vacuna. Entre 30 y 40 millones de niños fueron vacunados durante ese periodo de tiempo. Ninguno de los niños que experimentaron esa reacción murió.

    Los efectos secundarios de la MMR se deben en gran medida a la vacuna contra el sarampión que contiene. Las reacciones adversas a la vacuna contra la rubéola pueden incluir artritis o hinchazón de las coyunturas.

    Asuntos relacionados

    Las personas expuestas a niños con el síndrome de rubéola congénito, particularmente las mujeres adolescentes para quienes la inmunidad a la rubéola es muy importante, deben estar prevenidas de que estos niños pueden esparcir el virus de la rubéola por al menos un año.

    Algunas hipótesis dicen que la vacuna MMR causa autismo. Sin embargo, la mejor evidencia científica con la que disponemos indica que el desarrollo del autismo no está relacionado con el uso de la MMR ni de ninguna otra vacuna. Un pequeño estudio sugirió que el autismo y la vacuna estaban relacionados pero otros estudios más grandes que se hicieron después, probaron que no es así. Diez de los trece autores de ese estudio luego se retractaron de su sugerencia que la vacuna MMR y el autismo estaban relacionados.

    Los investigadores estiman que una de cada 22,000 inmunizaciones con la MMR pueden resultar en que un niño desarrolle un trastorno hemorrágico temporal llamado púrpura trombocitopénica idiopática (ITP). La ITP es pocas veces peligrosa y se puede tratar fácilmente. La ITP es generalmente menos seria que el sarampión, las paperas, o la rubéola. Un estudio reciente encontró que los niños que tenían ITP y luego recibieron la vacuna MMR no tuvieron recurrencias asociadas con la vacuna.

    Los materiales listados a continuación proveen información adicional acerca de la seguridad de la vacuna MMR:

    En inglés:

    • Centers for Disease Control and Prevention, National Immunization Program. (2001). Vaccines and autism theory [Web page]. Available online: www.cdc.gov/nip/vacsafe/concerns/autism
    • Halsey NA and Hyman SL. (2001). Measles-mumps-rubella vaccine and autistic spectrum disorder: Report from the New Challenges in Childhood Immunizations Conference. Pediatrics, 107(5), e84.
    • Institute of Medicine. (2001). Immunization safety review: Measles-Mumps-Rubella vaccine and autism. Washington, DC: National Academy Press. Available online: http://books.nap.edu/html/mmr/
    • Miller E, Waight P, Farrington CP, Andrews N, Stowe J, and Taylor B. (2001). Idiopathic thrombocytopenic purpura and MMR vaccine. Archives of Disease in Childhood, 84(3), 227-229
    • Prober CG. (1999). Evidence shows genetics, not MMR, determines autism. AAP News, 15(12), 24. Available online: www.aap.org/new/autism2.htm
    • Rodier PM. (2000). The early origins of autism. Scientific American, 282(2), 56-63.
    • Stratton K, Gable A, Shetty P, and McCormick M (Eds.). (2001). Immunization safety review: Measles-mumps-rubella vaccine and autism. Washington DC: National Academy Press. Available online: www.nap.edu/books/0309074479/html/
    • Taylor B, Miller E, Farrington CP, Petropoulos MC, Favot-Mayaud I, Li J, and Waight PA. (1999). Autism and measles, mumps, and rubella vaccination: No epidemiological evidence for causal association. Lancet, 353(9169), 2026-2029.
    • Wakefield AJ, Murch SH, Anthony A, Linnell J, Casson DM, Malik M, Berelowitz M, Dhillon AP, Thomson MA, Harvey P, Valentine A, Davies SE, and Walker-Smith JA. (1998). Ileal-lymphoid-modular hyperplasia, non-specific colitis, and pervasive developmental disorder in children. Lancet, 351(9103), 637-641.

    Referencias clave y fuentes de información adicional

    En español:

    • Kumate J, Gutiérrez G, Muñoz O, Santos Preciado JI (2001). Manual de Infectología Clínica (Decimosexta edición). México, DF: Méndez Editores.

    En inglés:

    • American Academy of Pediatrics (AAP), Committee on Children with Disabilities. (2001). The pediatrician’s role in the diagnosis and management of autistic spectrum disorder in children. Pediatrics, 107(5), 1221-1226.
    • AAP, Committee on Infectious Diseases. (2003). Rubella. In LK Pickering (Ed.), Red Book: Report of the Committee on Infectious Diseases (26th ed., pp. 536-541). Elk Grove Village, IL: Author.
    • Barlow WE, Davis RL, and Glasser JW. (2001). The risk of seizures after receipt of whole-cell pertussis or measles, mumps, and rubella vaccine. New England Journal of Medicine, (345), 656-61.
    • Centers for Disease Control and Prevention (CDC). (1998). Measles, mumps, and rubella: Vaccine use and strategies for elimination of measles, rubella, and congenital rubella syndrome, and control of mumps: Recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP). Morbidity and Mortality Weekly Report, 47(RR-8), 1-57.
    • CDC. (2003). Measles, mumps, and rubella vaccines: What you need to know [Vaccine Information Statement (VIS)].
    • CDC. (2004). Rubella. In Epidemiology and prevention of vaccine-preventable diseases (“The Pink Book”) (8th ed.). Atlanta: Author.
    • CDC. (2000). Rubella among Hispanic adults—Kansas, 1998, and Nebraska, 1999. Morbidity and Mortality Weekly Report, 49(11), 225-228.
    • CDC, National Immunization Program. (2000). Rubella (German measles). In Vaccine-preventable childhood diseases [Online fact sheet].
    • Cutts FT and Vynnycky E. (1999). Modeling the incidence of congenital rubella syndrome in developing countries. International Journal of Epidemiology, 28(6), 1176-1184.
    • Danovaro-Holliday MC, LeBaron CW, Allensworth C, Raymond R, Borden TG, Murray AB, Icenogle JP, and Reef SE. (2000). A large rubella outbreak with spread from the workplace to the community. Journal of the American Medical Association. 284(21), 2733-2739.
    • Duclos P and Ward BJ. (1998). Measles vaccines: A review of adverse events. Drug Safety,19(6), 435-454.
    • Grabenstein JD. (1999). Moral considerations with certain viral vaccines. Christianity and Pharmacy, 2(2), 3-6.
    • Humiston SG and Good C. (2000). Vaccinating your child: Questions and answers for the concerned parent. Atlanta: Peachtree Publishers.
    • Offit PA and Bell LM. (1999). Vaccines: What every parent should know (Rev. ed.). New York: IDG Books.
    • Patja A, Davidkin I, Kurki T, Kallio MJ, Valle M, and Peltola H. (2000). Serious adverse events after measles-mumps-rubella vaccination during a fourteen-year prospective follow-up. Pediatric Infectious Disease Journal, 19(12), 1127-1134.
    • Siegel M, Fuerst HT, and Peress NS. (1966). Comparative fetal mortality in maternal viral diseases: A prospective study on rubella, measles, mumps and chickenpox and hepatitis. New England Journal of Medicine, 274, 768-771.

    CDC Information

    http://www.immunize.org/vis/spmmr.pdf