Actualizado: Enero 11, 2006
La fiebre amarilla es causada por un virus esparcido por un mosquito. Sólo los humanos y los monos pueden ser infectados naturalmente con el virus de la fiebre amarilla. El mosquito capaz de transmitir el virus de la fiebre amarilla está presente en algunas partes del sur de los Estados Unidos.
En los Estados Unidos solían ocurrir epidemias de fiebre amarilla pero ahora la enfermedad se da solamente en el África subsahariana y la región tropical de Suramérica, donde es endémica e intermitentemente epidémica. Se estima que cada año hay 200.000 casos de fiebre amarilla (con 30.000 muertes). Sin embargo, debido a que no todos los casos se reportan, sólo un porcentaje pequeño de casos es identificado. También se pueden dar casos de fiebre amarilla importada en países libres de la enfermedad.
La infección causa un espectro amplio de enfermedad. La mayoría de casos de fiebre amarilla son leves y similares a la influenza, con fiebre, dolor de cabeza, náusea, dolor muscular y un fuerte dolor en la espalda. Luego de tres o cuatro días la mayoría de pacientes mejora y sus síntomas desaparecen. Sin embargo, en 15% de los pacientes, la fiebre reaparece después de 24 horas junto con una enfermedad grave como hepatitis y fiebre hemorrágica. Puede haber sangrado por la boca, la nariz, los ojos y/o el estómago. Una vez esto ocurre, la sangre aparece en el vómito y las heces. La función de los riñones también se deteriora. La mitad de quienes desarrollan una enfermedad grave mueren entre 10 y 14 días después. El resto se recupera sin ningún daño significativo en sus órganos.
El término “amarilla” viene de la ictericia o piel amarilla que ocurre con la hepatitis.
Nombre del Producto: YF-VAX® (vacuna del virus vivo-atenuado de la cepa 17D)
Fabricante: Aventis Pasteur
La vacuna contra la fiebre amarilla no contiene timerosal.
La vacuna contra la fiebre amarilla es una vacuna compuesta por un virus vivo, atenuado que ha sido usada desde la década de 1930.
El desarrollo de las vacunas fue posible cuando se aislaron las cepas Asibi y Francesa de la fiebre amarilla en 1927. Los científicos de la Fundación Rockefeller en Nueva York desarrollaron una vacuna viva (17D) atenuada por una serie de pasajes de la cepa Asibi por huevos de gallina embrionados. La vacuna 17D fue probada por primera vez en 1936 en Nueva York y en 1937 en Brasil.
Aunque la vacuna ha estado disponible por más de 60 años, el número de personas infectadas en las últimas dos décadas ha incrementado y la fiebre amarilla es ahora un problema de salud pública serio en varios países otra vez.
¿Quienes deben recibir la vacuna contra la fiebre amarilla?
La vacuna es recomendada para todos los viajeros que pasen o vivan en países del África, Centro y Suramérica donde se han reportado oficialmente infecciones con la fiebre amarilla. También se recomienda para viajes fuera de áreas urbanas en países que no reportan oficialmente la fiebre amarilla pero hacen parte de las “zonas endémicas” de fiebre amarilla.
En muchos países se requiere un certificado de vacunación para entrar, particularmente para viajeros que llegan al Asia desde África o Suramérica. Se han reportado casos fatales en turistas no vacunados con un promedio de uno por año en los últimos 10 años.
¿Quienes no deben recibir la vacuna contra la fiebre amarilla?
La vacuna contra la fiebre amarilla es administrada a personas de todas las edades en una sola dosis. La inmunidad se desarrolla al décimo día después de la vacunación.
Después de 10 años se debe administrar una dosis de refuerzo. La revacunación refuerza el conteo de anticuerpos. Sin embargo, la evidencia de varios estudios sugiere que la inmunidad de la vacuna contra la fiebre amarilla persiste por lo menos entre 30 y 35 años y probablemente de por vida.
Los estudios han mostrado que la respuesta serológica a la vacuna contra la fiebre amarilla no es inhibida por la administración de ciertas otras vacunas en sitios separados o en varios intervalos, desde unos pocos días hasta un mes. Las vacunas contra el sarampión y la fiebre amarilla han sido administradas en combinación con eficacia completa de cada uno de los componentes; la vacuna Bacillus Calmette Guérin (BCG) y la vacuna contra la fiebre amarilla han sido administradas simultáneamente sin interferencia; las vacunas contra la fiebre tifoidea, meningococo y la vacuna contra la fiebre amarilla han sido administradas concurrentemente con eficacia completa de cada uno de los componentes.
La vacunación es la medida de prevención más importante contra la fiebre amarilla. En poblaciones donde el cubrimiento de vacunación es bajo, es importante un monitoreo constante para reconocer y controlar rápidamente cualquier brote de la enfermedad. Se pueden usar medidas para controlar los mosquitos y así prevenir la transmisión del virus hasta que la vacunación haga efecto.
La vacuna contra la fiebre amarilla es segura y altamente efectiva. El efecto protector (inmunidad) se da en la primera semana en el 95% de los vacunados. Una sola dosis de la vacuna provee protección por 10 años y probablemente de por vida.
La vacuna contra la fiebre amarilla generalmente tiene pocos efectos secundarios. Menos del 5% de los vacunados desarrolla un dolor de cabeza ligero, dolor muscular, u otros síntomas menores entre 5 y 10 días después de la vacunación.
Generalmente, las reacciones a la vacuna contra la fiebre amarilla son leves. Después de la vacunación, los vacunados han reportado dolores ligeros de cabeza, mialgia, fiebres de baja temperatura, u otros síntomas menores entre 5 y 10 días después de la vacunación. En ensayos clínicos, la incidencia de de eventos adversos leves ha sido ~25%.
Aproximadamente el 1% de los vacunados encuentran necesario parar sus actividades regulares. Las reacciones hipersensitivas inmediatas, caracterizadas por brotes, urticaria, o asma o una combinación de estas, son poco comunes (incidencia de menos de un caso por 131.000 vacunados) y se dan principalmente en personas con historia de alergia a los huevos.
Rara vez la vacuna contra la fiebre amarilla puede causar una falla orgánica múltiple y encefalitis.
Más de 400 millones de dosis de la vacuna contra la fiebre amarilla han sido administradas y los efectos secundarios graves son poco frecuentes. Sin embargo, recientemente se reportaron unos pocos eventos adversos graves (incluyendo la muerte) en Brasil, Australia y los Estados Unidos. Los científicos están investigando la causa de estos eventos adversos, y continúan monitoreando para detectar cualquier incidente similar.
El riesgo de morir debido a la fiebre amarilla es mucho más alto que el riesgo de morir por la vacuna, así que las personas que pueden estar expuestas a la fiebre amarilla deben protegerse con la vacuna. Si no hay riesgo de exposición, por ejemplo, si una persona no va a visitar un área endémica, no hay necesidad de recibir la vacuna. Puesto que la mayoría de los otros efectos secundarios han ocurrido en niños menores de seis meses de edad, la vacuna no es administrada a este grupo de edad. La vacuna sólo debe a darse a mujeres en embarazo durante campañas de vacunación en medio de una epidemia.