Vacunas

Ántrax

Actualizado: Julio 16, 2009

Tabla de Contenidos

    Entendiendo la enfermedad

    El ántrax es una enfermedad infecciosa mortal causada por una bacteria que forma esporas llamada Bacillus anthracis. El ántrax es principalmente una enfermedad del ganado, pero puede infectar humanos cuando son expuestos a animales infectados o productos contaminados, como los escondites, la piel o la lana de animales, o el suelo contaminado cerca de estos animales.

    La enfermedad no es común en los Estados Unidos. Antes de los casos recientes de ántrax, menos de 250 casos se habían reportado en los Estados Unidos desde 1955. En contraste, la enfermedad es aún común en partes de Sur y Centroamérica, el sur y el este de Europa, Asia, África, el Caribe, y el Medio Oriente, donde no se ha hecho un control adecuado del ántrax vacunando al ganado. En estos ambientes, la fuente de infección más probable es la exposición a las esporas de ántrax que permanecen dormidas en el suelo.

    Desde hace tiempo se ha reconocido el potencial del ántrax como arma biológica, particularmente si las esporas son liberadas en el aire. Muchos escenarios han demostrado el potencial de enfermedad, muerte y caos social que puede haber si se libera ántrax en aerosol en una ciudad.

    Algunos eventos recientes, como los relacionados con el contacto con esporas de ántrax en sobres de correo, resaltan aún más el impacto del ántrax como arma biológica.

    Las tres rutas principales de infección con ántrax son cortadas en la piel (ántrax cutáneo), el comer comida contaminada (ántrax gastrointestinal), y el respirar esporas de ántrax (ántrax inhalado). De los casos de ántrax reportados en los Estados Unidos, el 95% son cutáneos. Entre el 5% y el 20% de casos de ántrax cutáneo que no son tratados con antibióticos mueren, y menos del 1% con antibióticos. De aquellos expuestos a través del tracto digestivo, se estima que entre el 25% y el 60% mueren.

    Antes de que los antibióticos o la vacuna estuvieran disponibles, el ántrax inhalado era casi siempre fatal. Sin embargo, experiencias más recientes sugieren que si el diagnóstico y el tratamiento se hacen a tiempo se puede mejorar la prognosis y el resultado de la enfermedad. Aunque la enfermedad puede comenzar como muchas enfermedades respiratorias—con dolores musculares, fiebre, fatiga, tos, un leve malestar en el pecho, y un malestar general— unos pocos días después y abruptamente, se presenta una dificultad para respirar y un ritmo cardiaco rápido.

    Algunos pacientes recientes con ántrax reportaron sentir dolor de cabeza y malestar abdominal. En las 24 y 36 horas siguientes, el paciente no puede inhalar suficiente oxígeno, desarrolla un shock, y entra en una condición crítica que a menudo lleva a la muerte. Si no son tratados con antibióticos, los pacientes con ántrax cutáneo y gastrointestinal pueden desarrollar bacteriemia (infección de la sangre) y meningitis (inflamación de la membrana que cubre el cerebro y la médula espinal). El desarrollo de estas complicaciones es a menudo una señal de que hay una infección extrema que puede ser difícil curar.

    Vacunas disponibles

    Nombre del Producto: BioThrax® (vacuna contra el ántrax adsorbida; AVA)
    Fabricante: BioPort Corporation
    Año de Aprobación: 1970

    Historia de la vacuna

    La forma moderna de la vacuna contra el ántrax fue desarrollada por primera vez en los Estados Unidos en las décadas de 1940 y 1950. Esta vacuna mostró ser segura y efectiva en prevenir infección con ántrax en los trabajadores de un molino a finales de la década de 1950. Una forma de la vacuna contra el ántrax más pura y potente fue desarrollada más tarde, que la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) aprobó en noviembre de 1970.

    Entre 1974 y 1989, 68.000 dosis de la vacuna contra el ántrax fueron distribuidas en los Estados Unidos. Adicionalmente, durante la Guerra del Golfo Pérsico de 1990-1991, alrededor de 150.000 miembros del ejército recibieron 268.000 dosis de la vacuna contra el ántrax. Desde marzo de 1998, más de 524.000 miembros del ejército recibieron más de 2.1 millones de dosis de la vacuna contra el ántrax.

    Quienes deben y quienes no deben recibir esta vacuna

    ¿Quienes deben recibir la vacuna?

    • Las personas entre 18 y 65 años cuyo trabajo los pone en riesgo de ser expuestos a bacterias o esporas de ántrax. Por ejemplo, veterinarios en riesgo, cuidadores de ganado, trabajadores de laboratorio expuestos a bacterias de ántrax, y personal militar.

    ¿Quienes no deben recibir esta vacuna para protección después de ser expuestos?

    • Las personas que se han recuperado de una infección con ántrax (pueden ser inmunes a infecciones posteriores)
    • Las personas que desarrollaron una reacción alérgica seria (anafiláctica) a una dosis previa de la vacuna contra el ántrax (la vacuna puede ser peligrosa para ellas)

    ¿Quienes no deben recibir esta vacuna para protección antes de ser expuestos?

    • Las mujeres en embarazo, pues no se ha probado si la vacuna es segura para ellas (una opción apropiada es esperar hasta después del embarazo)
    • Las personas menores de 18 o mayores de 65 años, porque no se han completado estudios formales en estos grupos
    • Las personas moderada o severamente enfermas deben consultar a su doctor antes de recibir cualquier vacuna

    Calendario de dosis

    Cuando se da para prevenir la infección con ántrax antes de la exposición, el calendario estándar consiste en seis dosis administradas justo debajo de la piel (subcutáneamente). Después de la primera dosis, se dan dosis adicionales de la vacuna en la segunda y cuarta semana, seguidas por dosis de refuerzo 6, 12, y 18 meses más tarde. Finalmente, se recomienda un refuerzo anual para mantener una inmunidad prolongada.

    Efectividad de la vacuna

    En 1962, un estudio controlado con trabajadores de molino encontró que la vacuna era 92.5% efectiva en proteger contra el ántrax. La estadística de 92.5% incluía tanto los casos de ántrax cutáneos como los inhalados. Mirando a los casos de ántrax inhalado solamente, cinco casos ocurrieron entre las personas no vacunadas, mientras que no ocurrió ningún caso en los vacunados, pero el número de casos era muy pequeño para permitir una comparación estadística específica para la enfermedad inhalada por sí misma.

    Debido a que ha habido muy pocos casos humanos de ántrax inhalado, los científicos condujeron estudios con animales para probar la vacuna contra el ántrax. El 95% de monos rhesus que habían recibido una o dos dosis de la vacuna contra el ántrax, sobrevivió la exposición a cientos de veces el número de esporas de ántrax considerado como letal. Cada mono no vacunado murió durante estas pruebas. Los estudios con animales no pueden ser aplicados directamente a los seres humanos, pero pueden ser útiles para tomar decisiones para los humanos.

    Como con la mayoría de las vacunas, medir los niveles de anticuerpos de ántrax sólo provee una medida indirecta de la habilidad de la vacuna para prevenir la enfermedad. Sin embargo, el 91% de los adultos que recibieron la vacuna contra el ántrax mostraron una respuesta inmunológica después de dos o más dosis, y el 95% de los vacunados tiene un incremento de cuatro veces la cantidad de anticuerpos después de tres dosis. Se cree que un nivel más alto de anticuerpos de ántrax ofrece mayor protección, aunque los científicos aún no saben el nivel preciso de anticuerpos necesario para asegurar que se está protegido contra el ántrax.

    La vacuna contra el ántrax es la única vacuna que contiene aluminio que se da bajo la piel (administración subcutánea), y no directamente en el músculo (administración intramuscular). El aluminio es incorporado en muchas vacunas para incrementar su potencia y producir la protección deseada.

    Efectos secundarios conocidos

    La vacuna contra el ántrax dolor, enrojecimiento, comezón y protuberancias en el lugar de la inyección. Alrededor del 30% de los hombres y el 60% de las mujeres reportaron reacciones locales leves, que por lo general duraban unos pocos días. Las protuberancias pueden permanecer por unas pocas semanas. Entre el 1% y el 5% de los vacunados reporta reacciones moderadas (enrojecimiento, hinchazón) entre una y cinco pulgadas (2-11 cm.) de diámetro. Reacciones mayores ocurren en 1% de los vacunados.

    Algunas personas experimentarán brotes (16%), dolores de cabeza (14% al 25%), y dolor en las coyunturas (12% al 15%), malestar (6% al 17%), dolores musculares (3% al 34%), náusea (3% al 9%), escalofríos (2% al 6%) o fiebre (1% al 5%) después de la vacunación. Estos síntomas tienden a desaparecer luego de algunos días. Se han reportado reacciones alérgicas severas en menos de una por cada 100.000 dosis administradas.

    Asuntos relacionados

    Algunos han expresado preocupación por los posibles efectos a largo plazo que pueda tener la vacuna contra el ántrax y han cuestionado la seguridad de la vacuna en general. Un reporte de marzo del 2000 realizado por el Comité sobre los Efectos en la Salud Asociados con Exposición durante la Guerra del Golfo del Instituto de Medicina anotó que “a la fecha, los estudios publicados no han reportado efectos adversos significativos de la vacuna, pero la literatura está limitada a unos pocos estudios a corto plazo.”

    Una revisión de la vigilancia a los eventos adversos después de la vacunación contra el ántrax encontró que, aunque hay efectos secundarios que duran poco tiempo—más comunes entre las mujeres que entre los hombres—“no se han identificado patrones de eventos adversos inesperados a nivel local o sistémicos.” Se han presentado estudios adicionales a otro comité del Instituto de Medicina. Una lista de estos artículos ha sido compilada por la Agencia del Programa de Inmunización contra el Ántrax (AVIP)

    Referencias clave y fuentes de información adicional

    En español:

    • Kumate J, Gutiérrez G, Muñoz O, Santos Preciado JI (2001). Manual de Infectología Clínica (Decimosexta edición). México, DF: Méndez Editores.

    En inglés:

    • American Academy of Pediatrics, Committee on Infectious Diseases. (2003). Anthrax. In Red Book: Report of the Committee on Infectious Diseases (26th ed., pp. 196-199). Elk Grove Village, IL: Author.
    • Brachman PS, Gold H, Plotkin SA, Fekety FR, Werrin M, and Ingraham NR. (1962). Field evaluation of a human anthrax vaccine. American Journal of Public Health, 52, 432-445.
    • Brachman S and Friedlander AM. (1999). Anthrax. In Plotkin SA and Orenstein WA (Eds.). Vaccines (3rd ed., pp. 629-637). Philadelphia: W. B. Saunders.
    • Brachman P and Kauffman A. (1998). Anthrax. In Evans AS and Brachman PS (Eds.). Bacterial infections of humans. New York: Plenum Medical Book Company.
    • Centers for Disease Control and Prevention (CDC). (2000). Anthrax vaccine: What you need to know [Vaccine Information Statement (VIS)]. • CDC. (2000). Human ingestion of bacillus anthracis-contaminated meat—Minnesota, August 2000. Morbidity and Mortality Weekly Report, 49 (36), 813-816.
    • CDC. (2000). Surveillance for adverse events associated with anthrax vaccination - U.S. Department of Defense, 1998-2000. Morbidity and Mortality Weekly Report, 49 (16), 341-345.
    • Chin J (Ed.). (2000). Control of communicable diseases manual (17th ed.). Washington, DC: American Public Health Association.
    • Dixon TC, Meselson M, Guillemin J, and Hanna PC. (1999). Anthrax. New England Journal of Medicine, 341(11), 815-826.
    • Friedlander AM, Pittman PR, and Parker GW. (1999). Anthrax vaccine: Evidence for safety and efficacy against inhalational anthrax. JAMA, 282(22), 2104-2106.
    • National Institutes of Health, U.S. Department of Health and Human Services’ Office of Public Health Preparedness, and the CDC. (2001, December). Optimizing post-exposure prevention of inhalation anthrax: Issues and options. Transcript of meeting held at the National Academy of Sciences, Washington, DC.
    • Plotkin SA. (2001). Immunologic correlates of protection induced by vaccination. Pediatric Infectious Disease Journal, 20 (1), 63-75.

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